Un relato de experiencia de la Prof. De Educación Especial Alejandra
Utrilla desde su mirada reflexiva como alumna del Curso El maestro integrador,
un espacio en permanente construcción.
Cuando me recibí de Profesora en Educación Especial me pregunte...¿Y ahora qué hago?
Lo
primero que surgió, que me planteé como desafío y meta, fue trabajar con niños
con Autismo. Entré a trabajar en un Centro Terapéutico de Equinoterapia y
comencé a relacionarme con niños con estas características. Al cabo de un año
(si bien me encantaba mi trabajo) no era lo que realmente lo que quería. Pero,
ese trabajo me dio la oportunidad y la posibilidad de integrar a un niño a la
escuela común.
Y nuevamente surgió la pregunta:¿Y ahora qué hago?
Traté
de leer todo lo que estaba a mi alcance, hice cursos, busque artículos de todo
tipo, pregunté…hice todo lo que se les ocurra que un profesional puede hacer para
estar preparado para comenzar a trabajar. Y empecé…inicié como maestro
integrador en el ciclo lectivo en el año 2009: con ansiedad (que trate de
disimular muy bien), con miedo (que trate de que no se notara), con millones de
preguntas:
¿Cómo me ve la seño?, ¿cómo me ve la familia?,
¿qué quieren que haga?, ¿qué necesitan que haga?...
Todas
esas preguntas me las sigo haciendo cada año que comienza pero ahora se me hace
más fácil contestarme, quizás porque los años y la experiencia me van dando
herramientas que posibilitan crecer como persona y profesional o quizás los
años me han dado la confianza para saber que “no sabemos todo” y que el trabajo
en equipo en sumamente necesario para llevar un proceso de integración adelante
dónde cada una de las partes somos importantes; y que el niño es el único
perjudicado si los “adultos profesionales” y papás no nos ponemos de acuerdo.
La
mirada de los educadores especiales sobre la diversidad, no es absoluta, es una
más, que se mueve, se articula, con la mirada de los otros.
Como
maestro integrador hoy me pregunto ¿Qué tendríamos que hacer?
Tendríamos
que poder transformarnos en el puente entre el niño que necesita una atención específica
y el entorno escolar, social, vincular y recreativo donde se mueve.
Tendríamos
que ser el nexo tanto en tareas de educación como de orientación, apoyo y
seguimiento logrando así una mejor integración para el niño.
Tendríamos
que poder ofrecer a los docentes de las escuelas comunes nuestras herramientas
de trabajo, resolviendo en conjunto las decisiones requeridas con respecto a
los contenidos, la didáctica, recursos, criterios de evaluación y promoción.
Tendríamos
que sentarnos de frente, charlar y acordar con el docente. Después cambiaremos
en la marcha, ya que como todo proceso implica “cambios”. Y un cambio no
siempre es negativo o malo, “cambiar” implica crecer, movernos de nuestro
lugar, crear, dar, soñar…
¿Qué tendríamos que hacer?Quizás tendríamos que seguir haciéndonos
esta pregunta…porque mientras la vamos respondiendo vamos encontrando el
camino…
Quiero dejar mi agradecimiento,al curso
virtual El maestro integrador, porque me
han dado la posibilidad de “mirarme”, “mirar lo que hago”, “mirar lo que no
hago”, “mirar las potencialidades que busco en otros y que no veo que yo
también tengo”, y que este paso por el curso me da la posibilidad de CAMBIAR… y
si cambiamos para bien, crecemos y la rueda sigue girando…
Alejandra Utrilla
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